La terapia visual es un programa personalizado y supervisado de ejercicios visuales destinados a corregir y mejorar ciertos problemas y dificultades visuales. Va más allá de tratar los problemas de refracción (miopía, hipermetropía, astigmatismo) y trabaja en problemas como el estrabismo (desalineación de los ojos), la ambliopía (ojo vago), las dificultades de seguimiento ocular, y las deficiencias de enfoque y coordinación entre los ojos. La terapia visual puede ser parte esencial del tratamiento de ciertas condiciones visuales y puede ser efectiva tanto en niños como en adultos.

Sí, la terapia visual puede ser beneficiosa para personas de todas las edades, desde niños que tienen problemas para leer en la escuela, hasta adultos que experimentan fatiga visual debido a la cantidad de tiempo que pasan frente a pantallas. El plan de terapia visual se personaliza en función de las necesidades específicas de cada individuo, lo que significa que puede adaptarse a una amplia gama de problemas y edades.

Cada sesión de terapia visual se personaliza para atender las necesidades individuales del paciente, por lo que la duración puede variar. En general, una sesión de terapia visual puede durar entre 30 minutos y una hora, dependiendo del problema visual que se esté tratando. En algunos casos, puede que se requieran sesiones más largas o varias sesiones por semana.